La reforma de este local comercial parte de un espacio con historia familiar: una antigua peluquería que ahora se transforma en un estudio de fotografía contemporáneo. El proyecto nace del deseo de crear un lugar íntimo, versátil y acogedor, donde capturar momentos únicos en un entorno cuidadosamente diseñado.
Desde el primer contacto, el diseño se ha adaptado a los gustos, preferencias y visión de Aida, reflejando su personalidad a través de una paleta cromática centrada en su color favorito y elementos clave que otorgan identidad al espacio. Uno de estos hitos se hace visible desde la fachada, marcando la primera impresión con carácter y coherencia estética.
Un trabajo donde cada detalle importa, pensado para acompañar su crecimiento profesional y convertirse en el escenario perfecto para su creatividad.